jueves, 21 de marzo de 2013

Al final, todo empeoro.

El Lunes mi mamá se había dado cuenta que me había vuelto a cortar... "se había dado cuenta" es mejor ponerlo entre comillas porque ella no se hubiera enterado si no fuera por sus metidas amigas. Ojala tuviera el nombre de la vieja que fue a decirle todo lo que ponía en mi Ask, Tumblr y Twitter.
Los viejos de hoy en día no entienden que Twitter es un desahogo, un lugar donde más de uno nos expresamos a través de indirectas directas, pero ellos no saben respetar eso. Les juro que cuando me enteré que la pelotuda esa estaba leyendo mis cosas y encima, me criticaba, no respetaba mis pensamientos ni mi situación, me habían dado ganas de cortarme hasta desaparecer porque no hizo ningún bien en contarle a mi mamá, que obviamente fue y le contó a mi papá. No, no me hizo ningún bien, porque por todo un día mi vieja pensó que tenía, nuevamente, problemas, que necesitaría, nuevamente tratamiento psicológico, que para ser sinceros, siento que no lo necesito... ¿O tal vez sí? Mi papá no quería dar marcha atrás, lo único que quería hacer era internarme y eso es lo que me dio más bronca, porque no fue capaz de escucharme, no fue capaz de prestarme quince minutos porque "siempre él tiene razón". Fue una discusión a muerte esa noche, mi mamá lloraba y mi viejo no dejaba de reprocharse qué era lo qué había hecho mal. No sabía como decirles que mal de la cabeza no estoy, que no necesito ningún tipo de tratamiento psicológico, que solo lo hice por impulso, por suerte, vino a a verme mi mejor amigo, Diego, y trato de explicarle a mi papá que era lo que había pasado pero obviamente, este no entendio, lo único que hizo fue sacarme en cara un montón de cosas malas que había hecho, a ver ¿Era eso necesario? No, porque no fue la causa por la que hice los cortes en mi brazo. Se sacó tanto cuando no le di la razón que si digo que me quiso golpear, no miento, creo que no lo hizo porque estaba mi amigo ahí ¿Y si él no hubiese estado? Tal vez yo le hubiese pegado y denunciado, cuando estoy enojada no soy capaz de reaccionar y puedo jurar que detesto más a mi papá que de lo que lo quiero, pero al final no hizo nada, no se animo y más le valía no animarse. Como siempre, termino yéndose, no escuchándome y haciendo de cuenta que él tenía razón, pude llegar hasta mi mamá y prometerle que nunca más iba a volver a cortarme... a ver, seamos sinceros ¿En serio voy a poder NO cortarme? No lo creo, no confío en mi. Y hasta el día de hoy, mi papá no me dirige la palabra ni yo a él.
Así que diganme, ¿Qué bien causo en mi familia la persona que le fue a contar a mis papás que había vuelto a cortarme? DIGANME.

No hay comentarios:

Publicar un comentario